El planeta entero ha estado pendiente del resultado de las elecciones presidenciales en los EE. UU y su impacto en todos los confines del planeta. La decisión del pueblo norteamericano sobre elegir a Joe Biden o Donald Trump suponía consecuencias importantes en todos los campos para la sociedad global y en especial en la educación.
Nuevo gobierno
Tras el triunfo de Joe Biden, es importante conocer su propuesta para el sector educativo, la cual se focaliza en ampliar la cobertura e impactar desde el sector educacional la economía del país del norte.
Biden postula que el gobierno federal debe asociarse con los estados para que la educación superior pública sea gratuita para cualquier estudiante cuyo ingreso familiar sea inferior a los 125,000 dólares al año. El apoyo se extendería a todos aquellos que asistan a las Community College o escuelas de dos años.
El nuevo presidente plantea el acceso universal a los programas de preescolar para niños de 3 y 4 años, triplicar el gasto para escuelas con mayor densidad de estudiantes ubicadas en las zonas de bajos ingresos; más apoyo para los profesionales que han finalizado su etapa formativa; elevar el gasto en infraestructura federal para los edificios de escuelas públicas; y cubrir los costos de las escuelas para la población con condiciones particulares, como algunos tipos de discapacidad.
Las líneas de acción planteadas por Joe Biden y su equipo en el campo educativo, permiten visualizar cómo los dirigentes políticos entienden la educación en términos formales, más no esenciales.
El ejercicio por cobertura, infraestructura, financiación, es importante; sin embargo, deja por fuera los elementos vitales de la educación, como, por ejemplo, el papel que está juega en la formación de nuevos ciudadanos. La realidad indica que la educación, como práctica de formación integral y multidimensional, debe tener un papel central en la formación del componente político de las nuevas generaciones.
En Colombia nos acercamos a un proceso electoral complejo, lo que hace obligatorio reflexionar si en una sociedad como la nuestra, la opción civil de las últimas décadas de ceder a los políticos, partidos y facciones el acto político, no es una renuncia a una de las características constituyentes de la ciudadanía, como lo es la participación activa en política y, por otra parte, la única forma de revertir esta tendencia es por medio de la educación política, crítica, reflexiva y constructiva.
En esta línea de acción, se convierte en objetivo pedagógico desarrollar la capacidad de argumentar las ideas propias con claridad, así como escuchar las ideas del otro, entendiendo que en la diversidad de miradas se construye saber. Se convierte en objetivo pedagógico.
Este proceso requiere, para su adecuado despliegue, una formación que permita pensar en lo público, construir espacios de debate permanentes y de esta manera al final ejercer la dimensión política de manera más responsable.
La educación
La educación, como práctica de formación integral y multidimensional, no debe perder de vista la necesidad de formar la dimensión política de los sujetos, es decir, lograr un escenario en el que cada persona se ocupe del pensamiento sobre la transformación social, las libertades individuales y colectivas, y la relación con el otro.
En este sentido, la libertad de pensamiento -la autonomía como cualidad de los sujetos- implica una profunda responsabilidad para ser reflexivo sobre el propio contexto, crítico frente a la realidad social y propositivo con la transformación del pensamiento crítico.
Desde esta posibilidad de entendernos, cuidarnos y transformarnos a nosotros mismos, es que podemos empezar a tener relaciones tranquilas con los otros, basadas en la capacidad de argumentar y de escuchar, de crear un campo en el que pueda existir con el otro no desde la tolerancia, sino desde su reconocimiento pleno como par y como co-constructor de saber.
Solo así podremos crear una nueva generación de sujetos políticos, que se entienda como tal y que no espere que unos pocos se ocupen de los asuntos que nos competen a todos.
Calidad en la educación
¿Podemos seguir afirmando que la calidad de la educación mejora, sin avanzar en una mejor ciudadanía? La respuesta sin duda es no, y una mejor ciudadanía incluye un ciudadano ejerciendo su derecho político y esto exige una formación exigente, transparente y de calidad en este aspecto.
La educación política requiere un cierto nivel de conocimientos y unas ciertas disposiciones en los ciudadanos, sobre todo en quienes aspiran a ocupar cargos públicos. No se trata de que cada ciudadano sea un experto en filosofía o en historia de las ideas políticas, pero sí de que haya una cultura general y un mínimo sentido de solidaridad y preocupación por el bien común. Este debe ser el propósito inicial de la educación política.
En el CBJML trabajamos en la formación sobre el conocimiento político necesario para la construcción de un nuevo país, promoviendo el fortalecimiento de la consciencia ciudadana en nuestra propuesta educativa a través de fortalecimiento del “Pensamiento crítico”.
Adicionalmente, creamos espacios que van más allá de la propuesta oficial de constitución del Consejo Estudiantil, para desarrollar ejercicios de modelamiento como las elecciones leonistas a este órgano, que recrean las dinámicas reales de organización política nacional (Formación de partidos políticos, CNE, observadores, ministerios, entre otros) siempre con espíritu crítico, reflexivo y constructivo.
¿Quieres saber más sobre cómo desarrollamos el pensamiento crítico en el marco de la Responsabilidad Crítica y en general nuestra propuesta educativa de desarrollo integral?
*Colegios Comunitarios: Un ‘Community College’ o Colegio Comunitario es una institución pública que te permite estudiar los dos primeros años de tu carrera universitaria a un precio menor. Este tipo de escuela otorga un certificado conocido como ‘Associate degree’
Fuentes:
https://www.milenio.com/opinion/pedro-miguel-funes-diaz/vision-social/educacion-politica