Indiscutiblemente el largo periodo de aislamiento generó un impacto en el desarrollo social y emocional de niños y adolescentes. De acuerdo a un estudio realizado por Nieves Erades en el año 2020, respecto al impacto psicológico del confinamiento por COVID-19 en niños, se evidenció que algunas reacciones emocionales como problemas de sueño, conductas agresivas y enojo aumentaron de acuerdo a la extensión de éste (Eraves, N., & Morales, A. 2020). 

Por otra parte, una encuesta realizada a adolescentes por U-Report de UNICEF reveló que más de una cuarta parte de los encuestados había sufrido episodios de ansiedad, y un 15% depresión (UNICEF 2021).

En cuanto a nuestros estudiantes, los resultados obtenidos en el screening de bienestar emocional aplicado durante el confinamiento, permitió evidenciar dificultades en la gestión del miedo y la ansiedad, la expresividad emocional, alteración en el sueño y el abuso de pantallas. Estos hallazgos nos permitieron identificar la importancia de la presencialidad en la mitigación de riesgos.

De esta manera, como lo refiere la Universidad de la Sabana (2021), el regreso a la presencialidad es determinante para el desarrollo de habilidades sociales interpersonales, para la consolidación de los procesos de aprendizaje y para el fortalecimiento de hábitos saludables.

La educación no presencial conlleva riesgos que dificultan la consolidación de repertorios vitales para un desarrollo integral, por lo tanto, no hay un solo aspecto en que sea más beneficioso quedarse en casa que asistir a la escuela.

Aun así, en el acompañamiento y caracterización de los estudiantes desde Nursery hasta grado undécimo, hemos encontrado que el retorno al colegio ha permitido comenzar a fortalecer nuevamente la autonomía, socialización y gestión emocional, aspectos afectados durante la pandemia.

Atonomía como oportunidad

Su autonomía ha sido una oportunidad para enfrentarse a nuevos retos en la solución de problemas cotidianos. Están trabajando en aprender a manejar su tiempo de manera efectiva, a pedir ayuda cuando es necesario, a aprovechar los recursos que tienen a su disposición, a frustrarse cuando lo que se proponen no resulta como esperaban y a ser creativos en las formas y estrategias con las que se acercan a una problemática.

También ha permitido aumentar su seguridad en sus habilidades y en la posibilidad de cumplir sus metas de manera independiente. El reto de la autonomía es salir de la zona de confort y arriesgarse a actuar así se equivoquen o tengan miedo y en la presencialidad poco a poco lo van logrando.

Importancia de la socialización

En términos de socialización, el regreso al colegio ha representado una gran oportunidad de recuperar espacios que permitan el desarrollo de habilidades básicas. Entre estas se encuentra el juego, el trabajo cooperativo, la resolución de problemas y la empatía.

Es evidente que sólo en la interacción con los otros, se consolidan ciertos aprendizajes socio- emocionales; por ejemplo, un niño aprende a resolver un conflicto en la medida en que se enfrenta a uno.

La experiencia in situ es la que permite buscar las estrategias de afrontamiento necesarias para resolver o transitar por una experiencia social, experiencia que lleva consigo un componente emocional decisivo. En lo que respecta a nuestros estudiantes durante el retorno, nos muestran la necesidad de continuar trabajando en estas habilidades.

Gestión de las emociones

Por último, el regreso a la presencialidad brinda beneficios en cuanto a la expresividad emocional y oportunidades para practicar y fortalecer algunas estrategias de gestión emocional.

El contacto con pares y personas diferentes al núcleo familiar exige una mayor comunicación, elaboración y manejo de los estados internos.

No se puede negar que los desafíos del regreso han generado en muchos de los estudiantes sentimientos de frustración y ansiedad como parte de su proceso de adaptación, pero la presencialidad permite el acompañamiento permanente y cercano que permitirá fortalecer las habilidades que necesitan para enfrentarlos efectivamente.

Referencias de los beneficios psicosociales

  • Eraves, N., & Morales, A. (2020). Impacto psicológico del confinamiento por la COVID-19 en niños españoles: Un estudio transversal. Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes, 7, 27–34. https://doi.org/10.21134/rpcna.2020.mon.2041
  • UNICEF. (2021, 20 marzo). Por lo menos 1 de cada 7 niños y jóvenes ha vivido confinado en el hogar durante gran parte del año, lo que supone un riesgo para su salud mental y su bienestar. Unicef.org. Recuperado 19 de octubre de 2021, de https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/1-cada-7-ninos-jovenes-ha-vivido-confinado-hogar-durante-gran-parte-ano
  • Universidad de la Sabana (2021). ¿Cómo beneficia el retorno a clases la salud mental de los estudiantes y sus familias?. Recuperado de: https://www.unisabana.edu.co/portaldenoticias/al-dia/como-beneficia-el-retorno-a-clases-la-salud-mental-de-los-estudiantes-y-de-sus-familias/

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