Apreciada comunidad Leonista: 

Robert Max

Cerramos el mes de agosto con satisfacción.

Hemos superado una etapa más de esta crisis sin precedentes gracias a la confianza de las familias, al compromiso de maestros y demás integrantes del cuerpo de profesionales que han demostrado con el deber y la pasión acompañar a estas nuevas generaciones. La incertidumbre no cesa, pero los aprendizajes para todos nosotros ya empezaron a llegar. #Tenemoscomo

En su libro Homo Ludens (1938), el historiador y filósofo holandés Johan Huizinga recuerda el estrecho vínculo que existe entre la educación y el juego como pilares fundamentales para el desarrollo de un ser humano feliz: la palabra “escuela” proviene del griego “σχολή” (scholē o skholè) que traduce ocio, diversión y ocupación reposada.

Término contrario a las nociones de tiempo pragmático, a las labores y a los oficios cotidianos. Antónimo también de las actividades y los estados mentales subyugados a la productividad. Sinónimo de la contemplación que para los griegos y otras grandes civilizaciones era el pilar de la sabiduría, un estado de conciencia que permite la reflexión, la curiosidad y la creación.

Cualquier escuela debe su principio al deseo de liberarse de presiones sofocantes en pro de una mente innovadora, libre e indiscreta. El juego, quizás la consecuencia más bella del ocio, es fundamental para romper nuestra condición de autómatas productivos, animales mecánicos o clones apenas funcionales. Y la pandemia generada por el COVID ofrece nuevos escenarios para aprovechar su poder.

Educación y pandemia

En agosto de este año fue publicado el informe titulado “La educación en tiempos de pandemia de COVID-19” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas. Este documento propone a los educadores “mantener y profundizar los avances en la innovación metodológica y la implementación de formas alternativas de enseñanza, incorporando una apertura del currículo hacia lo lúdico”.

Resulta gratificante saber que la Propuesta Pedagógica Institucional se adelantó a esta recomendación. El bimestre que cerró el año escolar 2019-2020 se caracterizó por la interdisciplinaridad académica que mitigó el impacto de la pandemia. Los esquemas tradicionales dividen la formación en áreas o materias paralelas que corren sin puentes conectores y generan a la final conocimientos desintegrados. Es inevitable que esto genere una sociedad dividida, ansiosa por catalogar e identificar diferencias antes que similitudes.

Siguiendo el camino marcado años atrás, el Colegio Bilingüe José Max León creó un esquema divergente y plural de formación. Proyectos como Navegantes 2020, la escuela de argumentación, el Vuelo del Cóndor, el equipo de prensa y los TED Clubs son prueba de ello. Así integrados los conocimientos generan una sociedad que sufre menos por los abismos de desigualdad que separan los grupos sociales.

El juego, como la poesía, es sublime en su propuesta de realidad. Integra componentes a simple vista incompatibles. Su magia cuestiona la realidad y propone nuevas relaciones entre los significados y sus significantes, dejando a la luz nuevos sentidos posibles. Como en cualquier ritual, para acceder al conocimiento debemos abandonar la capa de prejuicios que nos hace viejos y preferir la espontaneidad del niño. Usualmente la apertura es la única forma de empezar a mejorar.

Los niños no dividen por categorías, se las enseñamos. No segregan a sus pares por su color, se lo enseñamos (casi siempre sin quererlo) el racismo. Tampoco aíslan las maravillas del mundo en bandas, disfrutan el universo como un Todo, que es fuente de sorpresa hasta que alguien llega a imponerles una percepción diferente.     

La integración de las áreas en un currículo multidisciplinar es una manera de homenajear la naturaleza lúdica de cualquier acto formativo, como lo es también el acceso del juego como acción pedagógica en el preescolar y la gamificación que comenzamos a pilotear en el campo del emprendimiento. Seguimos la línea recomendada por la CEPAL, pusimos en marcha otras iniciativas que permitieron enfrentar el vértigo de la pandemia sin perder (del todo) la calma. Y nos sentimos contentos por ello.

Transformaciones

Conocemos a los estudiantes y a las familias que componen la vitalidad de la institución. Trabajamos constantemente en diversos canales (redes sociales, correos, publicaciones, una aplicación propia, etc.) y estrategias para lograr una mayor comunicación y que las experiencias que se desarrollan en el marco del Colegio trasciendan a la vida de la comunidad leonista. Esto implica estar al día con el entorno que evoluciona continuamente.

Los estudiantes se están preparando en navegantes para abandonar este puerto seguro, para que continúen un viaje en pro de su beneficio y el del planeta que los recibe. De ahí la apuesta por el uso saludable de los recursos virtuales, la creación de una app propia, la innovación constante en programas, la generación de alianzas, el trabajo por tejer legítimos y perdurables nexos con el exterior, etc.

Creemos que la revolución tecnológica protagonizada a diario generar, por lo menos, eficiencia y libertad a las mentes humanas, sin descuidar la noción de una naturaleza que clama por ser mejor entendida y merece tratos menos cortoplacistas. Para eso también reconocer los riesgos.

“El juego” en el sentido más sublime, pero también en el de riesgo y peligro, es una de las constantes que mueve el corazón de la revolución tecnológica que protagoniza nuestros días.

Otro libro de la biblioteca escolar titulado The Game (2018) del italiano Alessandro Baricco, lo expresa de esta manera: “la insurrección digital llevaba en su seno la pretensión no expresada de que la experiencia pudiera llegar a ser un gesto rotundo, hermoso y cómodo. No la recompensa a un esfuerzo. Sino la consecuencia de un juego”. Vivimos en una época en la que las plataformas, los dispositivos, los ritmos, el lenguaje y las interacciones sociales han adoptado las virtudes y los defectos del complejo universo lúdico. Y esto no siempre es para bien.

Cualquier juego también está marcado por reglas crueles y tajantes: hay ganadores y perdedores. El personaje ficticio, con el que nos encariñamos mientras conducimos desde un control por filos y valles, “muere” irremediablemente si es alcanzado por la veloz pantalla que lo persigue. Al niño más lento se lo “engulle” el lobo feroz cuando termina por fin de acicalarse y llega al bosque en donde juega su menú. De esta misma manera el que no se acomoda al avance de la tecnología sencillamente no es elegido para el próximo partido.

No hay segundas oportunidades para el que es bloqueado en una red social. Si tienes la tarjeta de crédito con suficiente cupo, el mundo es tuyo, de lo contrario puedes salirte del salón de juego arrastrando tu derrota entre las lucecitas que te ofrecían hacerte millonario o una cuenta ilimitada de amigos. O haces parte de una brand community o te verás sufriendo un aislamiento en la era de la supuesta hiperconectividad.

#Tenemoscómo enfrentar la crisis de la pandemia; cómo hacerle frente al complejo entramado de intereses ocultos, corrientes incomprensibles de la dark web, exceso de información y poderes escurridizos a los que se enfrentan los estudiantes Leonistas. #Tenemoscómo aprehender a dominar las tecnologías sin que ellas nos hagan esclavos de sus sutilezas e intenciones comerciales, tan bien maquilladas.

#Tenemoscómo evitar la dispersión y la disociación temporal que han logrado romper la intimidad y el sentido cálido de la existencia individual del ser humano. Nunca antes fue tan necesario que familias, responsables de la educación y expertos en redes y comunicación hagan equipo para garantizar que las nuevas generaciones crezcan conscientes de los riesgos que también tienen las mil maravillas de la tecnología.

Hay que conocer a fondo el juego para disfrutar sus beneficios, estando al tanto de los errores que anularían las acciones en él y perjudicarían nuestro futuro.

Colombia sigue reportando índices lamentables: líderes sociales, ex combatientes, soldados y autoridades ambientales masacrados de manera impune; la corrupción a todos los niveles de los órganos públicos es la constante de las clases dirigentes; el clientelismo continúa estancando cualquier desarrollo del campo sin favorecer la importancia de los sectores productivos del campo, etc. Las nuevas generaciones merecen mayor consciencia de estos defectos.

La misión institucional (como creemos que debería ser la de todos los colegios privados de nuestro país) es la de erradicar las patologías sociales y culturales que nos mantienen sumidos en el subdesarrollo. Esto debe suceder a partir de la empatía, la solidaridad y la comunicación. 

Las nuevas tecnologías pueden y deben ser un aliado más para generar mentes y corazones que construyan un mundo mejor. Necesitamos mayor cercanía de la naturaleza humana, menos aceleración y más conciencia de los peligros y las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías. En palabras del filósofo surcoreano Byung Chul-Han: “Un aumento de información y comunicación no esclarece por sí solo el mundo”. En su libro La sociedad de la transparencia (2012) sugiere que los rituales (esencia permanente de los juegos en cuanto a que logran crear una colectividad sin palabras) y la narratividad (¿qué juego no empieza con una historia o termina en una?) son antídotos eficientes contra el afán desgastante, el vacío angustiante, el multitasking abrumador pero improductivo típicos de las tecnologías de la información.

Apreciada comunidad Leonista: la pandemia impone reglas estrictas, a veces sofocantes. Medidas que obligan a repensar las rutinas, ajustar presupuestos, adecuar espacios que habíamos domesticado para llevar a cabo normalidades que ahora parecen ajenas. El fuego ha cesado y alrededor queda una superficie transformada: arrasada tal vez, pero nutrida con las cenizas y las ramas secas que pronto harán germinar otros paisajes. Es hora de establecer relaciones con este nuevo panorama. Enlazar vínculos con diferentes y actuales componentes es un buen comienzo. Que este ritual de cada uno dé inicio a la siguiente fase del juego que nos propone la realidad.

Agradezco a Diofanto, Patricia, Mauricio y Diana por los aportes a este escrito.

Bienvenidos y gracias por confiar en nosotros.